Los flebotomos son los vectores naturales de Leishmania spp. y phlebovirus. En España, estos vectores parecen estar aumentando su distribución geográfica y tienen graves repercusiones en la salud pública y veterinaria, lo que incentiva su estudio, así como el de patógenos asociados.
De esta forma, en los últimos años se han iniciado investigaciones centradas principalmente en el papel de estos insectos como vectores, especialmente a raíz del mayor brote de leishmaniosis humana en Europa, ocurrido en Fuenlabrada (Madrid) en 2009.
Sin embargo, siempre es necesario contar con un compendio actualizado y fácilmente accesible de datos actuales e históricos sobre su presencia y distribución detallada, algo crucial para el desarrollo e implementación de estrategias preventivas apropiadas.
Es por esto por lo que un grupo de investigadores, entre ellos veterinarios, de la Universidad de Extremadura, el Hospital Universitario San Pedro-CIBIR y la Universidad de Zaragoza han llevado a cabo un estudio para actualizar la lista de flebotomos presentes en España, así como su distribución.
Para ello, realizaron una revisión exhaustiva de la literatura científica publicada entre 1909 y 2021, recopilando los registros de distribución por provincias, y ampliado la información añadiendo sus propios resultados entomológicos realizados entre 2004 y 2021 en todas las regiones españolas, que fueron recogidos durante los procesos de vigilancia entomológica de los vectores de lengua azul de la Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España (MAPA).
En el estudio del 2004 al 2021 se han detectado un total de 13 especies españolas de flebotomos pertenecientes a dos géneros y seis subgéneros, incluyendo nuevos datos de distribución de siete especies, entre las que destacan varias como vectores confirmados o sospechosos de Leishmania infantum: Phlebotomus ariasi, Ph. langeroni, Ph. mascittii y Ph. perniciosus.
Así, basándose en estos resultados, en lo referente a Ph. perniciosus, uno de los principales vectores de Leishmania, se extiende su presencia en cinco provincias (A Coruña, León, Cantabria, Guipúzcoa y Ávila), quedando una sola provincia de la península en la que no se ha detectado este vector: Vizcaya.
Por otro lado, Ph. ariasi, otro de los vectores principales de la leishmaniosis, se ha detectado en diez provincias extra (Cádiz, Sevilla, Cuenca, Ávila, Segovia, León, Asturias, Cantabria, Vizcaya y Guipúzcoa), así como en la isla de Menorca.
La distribución de Ph. mascittii se amplía a dos provincias más de la cuenca cantábrica (Cantabria y Gipúzcoa), que se suman a Barcelona y Girona, donde ya estaba presente; mientras que en cuanto a Ph. langeroni, su presencia se amplía a una provincia más del centro de la Península Ibérica (Toledo), que se suma a Granada, Madrid y Zaragoza.
Para los investigadores, estos datos actualizados serán de utilidad para el diseño de nuevos programas de investigación, vigilancia y control de vectores, así como para la evaluación del riesgo de transmisión de patógenos por flebotomos en España.
Este riesgo de transmisión, que como se puede comprobar en el estudio ya está presente en prácticamente toda España, pone de manifiesto la necesidad de tomar medidas preventivas para evitar que la leishmaniosis llegue a los animales de compañía, pues el perro es el principal reservorio de la enfermedad.